Entrgando la matricula

Me reí levemente al escucharla, hacia un momento estabamos medio discutiendo y ahora quería que la acompañe.

-¿por qué quieres que te acompañe yo?, parece que te gusta tener dicusiones diarias -dije ignorando lo que le decia a Angela... algo de delincuencia, en fin, un tema que seguramente no me interesaría.

Parecia que sobraba alli. Ya habia llegado una cuanta gente aparte de nosotros, esperaba que Alice o Bella ya lo hubieren hecho

Emm...creo que yo me voy ya - Les dije - Adios

Si le pasara algo cabía la posibilidad de que en vez de ser quien la proteja sea yo el causante de todo eso... ella se lo hubiese buscado. Rodé los ojos y comencé a caminar, aunque ella al parecer no me seguia.

-¿pretendes que lleve tus papeles por ti?, si no caminas nunca llegarás -dije mientras volvía a dar media vuelta para seguir caminando hacia la secretaría.

-para mi también eres rara, te contesto mal y sigues aquí, debes ser algo masoquista -ella no tenia problema en expresarse libremente entonces yo tampoco lo tendría. Cruzamos la puerta de entrada, se escuchaba sólo en ruido de nuestros pasos a causa de que el lugar estaba algo vacío.

-no te preocupes, sólo evitemos sentarnos juntos y creo que sobreviviremos, sin necesidad de tener que matarnos el uno con el otro.

Rió ante su repuesta.
-No soy masoquista, y por supuesto sobrevivire, y si no lo consigo...me matras, suelo ser muy pesada cuando me interesa algo-dijo riendo, la escuela vacia le daba algo de grima, siempre habia imaginado en ellas a zombiez o vampiros[/i]

-creo que en ese sentido somos iguales, yo tampoco suelo dejarle a los demás las cosas demasiado faciles, y siempre consigo lo que quiero... quizás se de una interesante competencia -mientras hablaba con ella no sacaba mi mirada de lo que teniamos frente nuestro, no estaba acostumbrado a tener que fingir demasiado, por lo tanto algunos gestos humanos que tenía que adoptar los dejaba pasar por alto.

Reí y mi risa hizo eco por los vacíos pasillos del colegio.

-¿qué te hace pensar que nos caeremos bien?, somos demasiado diferentes... dudo en la posibilidad de que nos caigamos bien.

Claro, el saber algunas cosas que ella desconocía me hacian pesimista. Giré mi rostro por primera vez hacia ella, hasta el momento en que habíamos entrado no lo había hecho.

-hace frío, tengo derecho a tenerlo, ¿no? -pregunté tratando de ignorar su desconcierto al sentirme más frío de lo normal-. No vuelvas a golpearme si no quieres lastimarte la mano -dije, quizás eso evitaría un nuevo contacto, aunque juzgando por como era sabía que no me haría caso.

Ignoré su repentino tropiezo, lo único que faltaba era tener que ayudarla a levantarse del piso.

-biología, química, literatura... algebra -dije por nombrar algunas, por momentos su mirada me inquietaba, como si buscara algo más, como si pudiese descubrir lo que era.

-¿ya sacaste la cuenta de cuántas clases tendremos que soportar juntos? -comenté para evitar el silencio.

-siempre y cuando no hables demasiado -comenté inmediatamente al imaginarme una clase con ella. Era extraño, nunca había mantenido tanta charla con un humano-. No quiero tener dolor de cabeza a la salida de tanto que me hablan -dije esta vez bromeando.

Genial, eso me pasaba por hablar de más. Obvié ese comentario y me dispuse a contestar su pregunta.

-no, quizás te sorprenda el hecho de que yo también soy nuevo. Llegué hace poco, vengo de Italia -respondería hasta ahí, ni más ni menos, no me sentía como para poder armar una gran historia del por qué de mi llegada y tampoco le diría la verdad.

-bueno, no sé si mucho -dije algo pensativo, era una pregunta que no se me hacía todos los días, de hecho creía que era la primera vez que la escuchaba-. Sólo algunas ciudades europeas, siempre que... -siempre que era enviado para cumplir con algunas "misiones". Me quedé en silencio, como si en realidad no hubiese dejado una frase sin acabar-. ¿Y tú?.

Asentí al escucharla, seguía pensando en lo que había dicho. Dimos vuelta hacia la derecha y me paré, señalando la última puerta de ese pasillo.

-allí está la secretaría -si seguía hablando con ella quizás perdería el control de mis palabras, como casi me pasó recien-. Que tengas suerte.