Recorriendo la Ciudad

Llegué a Seattle, estaba demasiado sediento como para pensar siquiera en qué parte exactamente de Seattle me encontraba. No sabía si podría aguantar más tiempo viviendo de esa forma, se me hacía completamente desagradable hasta el punto de sentir lo mismo que sentía cuando era humano, eso que llamaban nauseas.

Llegué hasta un parque, estaba completamente solo, aunque no tan solo. Frente a él había un par de tiendas... muchas, de todas formas el día no ayudaba mucho a los comerciantes, ya que estaba casi a punto de llover. Además de una mujer de no más de 30 años sentada en una banca. Me acerqué a ella y creí que nisiquiera supo lo que le pasó, fue algo rápido, esta vez no estaba bien como para emplear un gran juego y pasarla bien por unos breves segundos.

Luego de haber bebido hasta la última gota de su sangre dejé que el cuerpo cayera, como si nada, me sentía mejor, pero no tanto. Fue entonces cuando sentí aquel aroma, el mismo que el de Leah. Miré a ambos lados, algo paranoico, pero el aroma venía de las tiendas. Hice contacto visual con aquella licantropa. Me preguntaba si había visto lo que acababa de hacer.

Observé cómo me miraba, al parecer no le había caído bien que haga lo que había hecho. Suspiré rodando los ojos, ¿acaso todo estaba prohibido aquí?. Miré a la mujer, seguía tirada, inmóvil, definitivamente ya no quedaba nada de vida en ella, seguramente pensarían que le dio un ataque al corazón o algo parecido, porque no había dejado demasiadas marcas en ella.

Volví a mirar a la loba, parecía como si quisiera tirarse encima mio. En silencio y sin apartar mi mirada de ella crucé la calle y me paré a su lado, no podría hacerme nada, había gente dando vueltas, no tanta, pero podía ser demasiado evidente.

-¿la conocías? -pregunté con ironía-. Porque si no la conocias no tienes por qué ponerte así... -dije luego poniendo cara de inocente, no había hecho nada malo, sólo me había alimentado. ¿Qué tan malo podía ser eso?. Quizás por eso me molestaban los lobos, porque eran demasiados escandalosos, hacian de un pequeño problema uno enorme.

Cerré los ojos, tenía que calmarme, además era una mujer. Si le hacia algo seguramente luego tendría a los asquerosos lobitos detrás mío. Aun no podía creer que me encontrara en esa situación, yo, alguien que venia de una familia tan importante teniendo que soportar a los estupidos licantropos.

-tienes suerte de estar en el lugar indicado... -dije tratando de sonar calmado-. Si quiero hacerlo lo voy a hacer, estos lugares están fuera del estúpido tratado del que me hablaron... y no vuelvas a tocarme, o lo lamentarás... quizás no ahora, pero en el momento que menos lo esperes sí.

Una señora pasó por al lado de nosotros, incluso giró su rostro para poder seguir viendo la escena, traté de dedicarle una mirada que la haga sentirse incómoda, pero la lobita esa me tenía demasiado distraído.

-que descuido... que descuido que hayas decidido comenzar este juego. No sabes quién soy, acabas de encontrar a tu peor enemigo loba apestosa -dije mientras mi rostro se contraía, sentía asco por ellos, ella había logrado que así sea-. Espero que nunca te encuentre sola, porque juro por lo que más quiero que no dejaré que vuelvas a tu casa con vida, te enviaré en una caja en pedazos. ¿Tienes familia?, quizás quieras darme sus nombres, así podrá ser un regalo con dedicatoria.

Percivi malas bibraciones estando en la ciudad..se referian a lily...me concentre intentando del ocalizarla y la encontre frente a un vampiro

Lo que había dicho me había dejado algo perdido. La miré con desprecio, no le creía ni una sola palabra, ¿qué tendría que hacer alguien como ella en Italia?. Nunca había visto alguien de su clase hasta venir a Forks.

-¿de qué hablas? ¿tú qué tienes que ver con él?, estás diciendo puras mentiras seguramente... -dije dejando salir aquel tono que indicaba que era superior a ellos, a todos los lobos, mi familia lo era y ni siquiera sabía por qué estaba teniendo una conversación con ella.

Sentí el aroma de alguien más. Genial, otro lobito para la colección.

Me acerque lentamente asta ellos notando la tension

Me reí, al parecer le había interesado lo que dije.

-¿crees que eres digna de recibir una respuesta de mi parte después de lo ocurrido hace unos minutos? -definitivamente había hecho enojarme. No se merecía que le conteste aquello, mucho menos cuando la vi tan interesada. Mientras le decia todo esto el otro lobo ya estaba a su lado, como si fuese la gran cosa. Lo miré sin poder evitar mi desprecio.

Note el desprecio que tenia el vampiro hacia nosotros
-que sucede?

-no, Sammy -dije medio imitando el tono de la loba, aunque su voz era demasiado humana como para que yo pueda llegar a hacer una gran imitación de aquel sonido-. No pasa nada, siempre y cuando tu novia no vuelva a golpearme. ¿No se te ocurrió atarla?, quizás eso no traiga tantos problemas...

Dejé de lado la ironía y me puse a pensar en lo que ella quería saber. Nos quedamos unos segundos en silencio, quería hacerla sentirse impaciente.

-sí, se de él, pero nunca lo vi, trabajó para mi padre... una especie de "alianza" -por supuesto que no le diría quién era mi padre, era demasiada información y eso ya me ponía en peligro a mi. Si la quería tendría que haber una especie de "intercambio".

Senti la mano de lily y no aparte la vista del vampiro..no me lo acababa de creer
Escuche lo q ue me dijo y me tense
-mas respeto frio..-dije amenazante

Miré a "Sammy" luego de escuchar lo que la loba decía.

-tiene agallas, aunque deberías fijarte lo que hace... otro la hubiese matado. Quizás quieras hablar con ella para decirle que hay ciertas cosas que no se hacen. Y en cuanto a la humana, no entiendo qué te molesta -dije volviendo a ver a la loba-. Tu padre no se molestaba por esas cosas -comenté, sabiendo que quizás ese comentario la afectaría-... supongo que no heredaste esa parte de sus genes -me encogí de hombros-. Una verdadera lastima.

Tense las mandibulas al escucharlo
-tu tendrias que tener mas cuidado..o podrias acabar en muy mal estado

Bueno, evidentemente el lobo era algo testarudo y ciego, no se daba cuenta de que su queria novia un día podía terminar mal por ser como era.

-de acuerdo, como quieras... Pero recuerda que aquí no puedes convertirte en perro, la gente sospecharía un poco, ¿no crees?, así que puedes ahorrarte tus amenazas.

Miré a la chica y sonreí con satisfacción.

-creo escuchar un pequeño tono de rencor ahí. ¿Papi no era lo que debería haber sido?, quizás por eso seas tan testaruda y... creída. Y dejame decirte, que tu padre era inteligente, si se unió a nosotros, entonces supo cómo usar su cabeza.

Fui a responderle pero note el apreton de lily y suspire