Encuentro casual (Sam)

Empece a andar sin decir nada tenso secandome la sangre de la cara

-bueno, gracias entonces -dije, ya que no sabía qué hubiese pasado si ella no llegaba, seguramente nos habríamos matado mutuamente. Recordé la charla que habíamos tenido esa vez y supe que había tomado muchas decisiones importantes, como eso de dejar la manada. No sabía cómo se podía encontrar, pero tampoco sabía si ese era mi problema, seguramente ella no querría contarme nada, como la otra vez que había evitado el tema.

Ahora ella parecía más enojada que yo. Observé cómo le pegaba al arbol y me acerqué.

-tienes un buen derechazo a pesar de ser mujer -dije sin descuido-. No deberías dejar que te afecte tanto -agregué antes de que ella se queje por mi comentario, que había sido el menos indicado debido al momento.

Me reí por su pregunta y observé mi brazo donde Sam me había mordido, iba a sobrevivir, tampoco era tan grave.

-¿por qué lo dices? -pregunté con voz tranquila-. ¿Crees que el lobo me hubiese matado? -hice un gesto de dolor fingido-. Pensé que tenía más posibilidades que esa... No hubiese podido acabar conmigo, además fue divertido -hice una pausa y abrí la boca antes de hablar, dudando si decir o no lo que estaba pensando-. Él era el tipo del que me habías hablado esa vez, ¿no?. Entiendo por qué te cae mal, somos dos y espero que la proxima vez no aparezcas ni tú ni su novia.

-oh, sí... el tratado -había dicho esa palabra ya ni siquiera sabía cuántas veces, me aburría demasiado tener que decir siempre lo mismo y pensar siempre en lo mismo.

Negué con la cabeza cuando me preguntó si dolía.

-no tanto, hay cosas peores -dije tratando de autoconvencerme de eso para ignorar que en realidad sí me dolía-. Sanará pronto... eso creo, nunca había sido mordido por un perro -comenté con algo de duda, no sabía si eso traía efectos secundarios-. ¿Los vacunan contra la rabia al nacer? -pregunté olvidando que ella también era un licantropo.

-no dije que me doliera -dije cortante-, además si te vas a quedar para decirme que me lo merecía, que la proxima vez lo piense y todas esas cosas que sus padres suelen decir a sus hijos cuando hacen algo mal... No necesito tus consejos, se lo que hago y lo que pasó fue algo... que simplmente pasó. Si tienes alguna queja o duda dirigete a la siguiente ventanilla -al decir lo último hice un leve gesto con mi mano.

Dejé escapar un quejido de dolor al sentir la fuerza con la que había apretado, eso lo había hecho al proposito. Aparté el brazo antes de que se le ocurra hacer otra cosa.

-si sigues apretando con esa fuerza a ti no te irá bien -dije caminando unos pasos hacia atrás-. Que te vaya bien a ti también -contesté comenzando a voltearme para seguir mi camino, aunque había sonado algo irónico, lo decía enserio-. Y gracias, espero que todos nuestros encuentros sean tan divertidos como este.