Despues de Media Noche

No sabía exactamente cuánto tiempo llevaba en el claro, sólo que cuando había llegado incluso recién estaba cayendo la tarde, al parecer ahora era pasada media noche, pero no le di mucha importancia, ya que por el momento no tenía otra mejor cosa que hacer. Cuando comience a asomarse el día caminaría hasta Seattle para cazar por cuarta vez en lo que restaba de la semana.

Observé de repente como una humana se acercaba a dónde estaba, me preguntaba qué hacia una humana a estas horas por un lugar así. Por un momento pensé que estaba caminando en sueños, pero estaba bastante consciente, a pesar de eso y de la claridad que brindaba la luna llena al lugar no me vió cuando se sentó en la hierva a unos pocos metros mios.

-¿tanto te gusta este lugar que no puedes dejar de visitarlo incluso a tan altas horas de la noche? -pregunté sin importarme si se sobresaltaba por mi repentina voz.

Me quedé mirándola por unos segundos, había visto ese par de ojos antes. Hice memoria por un momento y la respuesta no tardó en llegar, compartíamos las clases de biología en el Instituto, pero en realidad nunca habíamos hablado.

-es facil, tu rastro está por todo el lugar -murmuré para que no me escuche, de todas formas si lo hacía no creía que entienda a qué me refería. No entendía la manía de las personas de ponerse a hablar con un desconocido en un bosque o en el lugar que sea a aquellas horas de la noche.

-¿y por qué te gusta tanto venir aquí? ¿no tienes miedo? -pregunté.

-un bosque no es sólo un rejunte de árboles y pasto... Hay animales también aquí, y si no me equivoco los humanos son fáciles presas de los animales grandes... aunque creo que no depende mucho la estatura que el animal tenga -le contesté, no pretendía asustarla, ese día no estaba de humor ni siquiera para mis juegos, sólo estaba intentando comprenderla. ¿Acaso no era consciente de los peligros? ¿por qué se exponía tanto y se dejaba en manos de la simple suerte?.

-¿vives cerca? -pregunté levantándome de mi lugar y acercándome.

A pesar de que ella sonreía por sus propias palabras yo sólo me limitaba a mirarla seriamente. Podía hablarle sin tener que demostrar mi dulce temperamento, pero no podía pretender demasiado.

-¿valiente? -repetí, no lo creía de esa forma, se me hacia algo inconsciente y tonta, pero era su problema, no tenía por qué meterme, después de todo si le pasaba algo iba a ser a ella, no a mi.

-bueno, sólo espero que estés cerca de tu casa... por si algún día te pasa algo y necesitas ayuda -agregué como si nada.

Era una de las poca veces que no usaba el sarcasmo al hablar y ella se atrevía a utilizarlo conmigo. Por eso no me gustaban los humanos, porque nunca se los tenía lo suficientemente conformes.

-te molestó lo que dije -afirmé-. Lamento advertirte sobre los peligros, pero obviamente puedes hacer lo que quieras, si quieres que te maten -me encogí de hombros-. Vas al mismo colegio que yo, ¿no es asi? -pregunté rápidamente antes de que me conteste con otro sarcasmo.

Asentí ante su pregunta, la clase que habíamos compartido no tenía mucha importancia, lo que sí importaba era que ibamos al mismo Instituto y ella me conocía.

-¿y por qué te gusta tanto venir aquí? -pregunté volviendo al tema anterior.