Buscandola

Despues de tener que esperar hasta el dia de la invitacion, no tarde mucho en llegar a la casa de Bella. No me costo nada encontrar la casa del jefe Swan, todo la conocian. Estacione el auto frente a la casa y baje dandole una mirada critica, no escuchaba ningun pensamiento. Me pare frente a la puerta y toque dos veces. Sentia el aroma de Bella quemarme la garganta, estaba en la casa y se movia deprisa segun el sonido de sus pasos.

¿Cuanto tiempo había pasado desde aquel último día que ví a Edward? No podía calcularlo con precisión, se me había hecho eterno y la eternidad era algo que no estaba en mis manos.

Hoy me había levantado animada y no era para menos. Edward vendría a buscarme para ... Bueno, iríamos al cine.

Me había duchado dos veces; la primera vez fue cuando me levanté y la segunda hacía apenas treinta minutos. Me había puesto unos jeans que me mandó Renée y un jersey de color café, después de haber revuleto todo el armario.

Por fín sonó el timbre y bajé apresurada por las escaleras, tropezando en el último escalón. Me erguí y salté a la puerta, abriendola con brío.

-Hola-saludé algo sofocada.

La mire unos segundos, podia oler su reciete fragancia tan fuertemente que temi de no sentirme listo. Me concentre en los latidos de su acelerado corazon y su respiracion entrecortada. Mire sobre su hombro.

-Creo que estas lista ¿No?- mencione bajando la mirada para encontrarme con sus ojos profundos, tan profundos que sentia el vacio de no poder saber que cruzaba por su mente.

Miré a Edward con descaro no intencionado. Estaba tan perfecto como siempre, pero serio a mi pesar. Recordé aquella curvada sonrisa suya y sentí desfallecer.

Su mirada dorada se cruzó con la mía al tiempo que asentía.

-Si, casi.-dije soltando la puerta, cual apreté tanto que me hice daño. Tomé mi chaqueta, colgada en el perchero de la entrada y también las llaves.-Ahora si, todo listo.-prometí, guardando las llaves en mi bolsillo.

Me hubiera encantado demostrarle caballerosidad y ayudarla a caminar hasta el auto, pero sus palabras hacian eco en mi mente. No le agradaba el frio y yo lo era. Camine a su lado pendiente de que no se tropezara.

-¿Como ha estado tu dia?- pregunte vigilante- ¿Muchas cosas cosas que hacer en casa?- comente para guiar la conversacion a su alrededor.

Cerré la puerta trás de mí y caminé junto a el, escuchando atentamente a lo que me decía. Su voz cosquilleaba en mis oídos, agradable.

-Bueno, nada del otro mundo-me esforcé por parecer serena ante mi mentirijilla, pues, había sido de lo más agitado.-Me he levantado y he preparado algo para Charlie, hoy tenía turno. Y hasta ahora solo preparame...-Note el rubor en mis mejillas y desvié rápidamente la conversación.-Y...¿Qué hay de tu día?

Sonrei interesado, ¿estuvo todo el dia arreglandose?. Me parecia algo gracioso, ella con su naturalidad se veia realmente estupenda. Le abri la puerta del coche sonriendole.

-En casa con la familia- ciertamente la habia pasado en el piano, despues de tanto tiempo habia comenzado a componer una melodia nueva.

Me abrió la puerta y le miré; de nuevo su sonrisa. Era enfermizo el como la había esperado. Entré al coche trás contestar con un simple :

-Ahá.

Me sentía un poco inquieta a pesar de que ya estaba con el y de que el día comenzaba ahora para mí.

Llegue hasta la otra parte del auto a paso lento, lo mas humanamente posible. Subi al auto y lo encendi con tranquilidad, sali de su casa y comenze a conducir.

-¿Has pensado que pelicula ver?- pregunte con una cierta sonrisa, yo no era amante a las salas cinematograficas, pero pretendia disfrutar del rato.

Observé a Edward caminar hacia la puerta del piloto desde dentro del coche, sus andares elegantes, su paso lento y tranquilo...

-Pues...No lo sé.-dije, exalando un gran suspiro. Estuve tan concentrada en que llegase el día que ni siquiera había pensado en que pelicula ver.-No tengo ni idea de lo que ponen en el cine, a decir verdad...-me enocgí de hombros y le miré.

Me tome unos segundos antes de responder. Estaba esforzandome mas ahora, estabamos solos y en un lugar donde su olor quedaba atrapado obligandome a respirarlo. Senti una quemazon por la garganta, pero podia controlarme.

-Excelente- dije mirandole- Yo tampoco tengo idea. Nos tocara coger una a la zar.

Miré hacia la carretera. Si no dejaba de mirarle de aquella forma preguntaría y entonces tendría que mentir y...No era muy buena idea.

-¿Qué te gustaría ver? Me reifero al género de la pelicula.-comencé de nuevo con el tema del cine.

Movi las manos dudoso sobre el volante. Termine encogiendome de hombros.

-Escogela tu Bella- propuse.- Yo te he invitado, es claro que tiene que ser alguna que te agrade.

-Um...¿Qué tal una de miedo?-pregunté dudosa.-Sangrienta no, pero me gustan las de sustos.-dije, mirandole de nuevo.

La verdad era que me daba igual. Lo importante era que ibamos al cine, juntos. Edward Cullen, el ser más perfecto del mundo y yo, una simple chica poco agraciada.


Me sentía tan poca cosa a su lado...Me daba la impresión de que destacaba mucho cuando caminaba a su lado.

Sonrei ligeramente, normalmente las chicas pensaban en ir a ver alguna romantica, pero nuevamente Bella volvia a sorprenderme dando otra respuesta a la que habia imaginado. La mire unos segundos antes de volver a posar la vista hacia nuestro horizonte.

-Me parece muy bien- respondi con calma.

Podia sentir la tensión volver a mi, por lo que encendi la radio con la musica muy bajo, como sonido de fondo de nuestra conversación. Aumente un poco mas la velocidad cuando me di cuenta que tenia el camino libre y no habia algun policia cerca.

Sonrei un poco mirandole de reojo con interes. Ponia sentir su nerviosismo como si fuera mio propio. Su corazón latia de forma poco normal, sabia que debatia que preguntarme.

-Adelante - le invite a decir fijandome en la carretera.

Su pregunta acabo con otras que habria creido nuevamente de forma erronea que diria. No encontre una razon valida para que pensara sobre eso por lo que termine sonriendo haciendo mi unica idea posible en mi mente. Ningun Cullen e inclusivamente yo, el unico que se veia "soltero" en la escuela hablaba con alguien o alguna chica en especial. Y ahora salia en una cita casual con la chica nueva, la mas simple y por lo que me habia fijado torpe; pero sobre todas las demás pura y realmente hermosa como ninguna otra. Rei esos segundos y mantuve mi expresion serena de nuevo.

-¿Te doy miedo?- le dije por respuesta, queria explicarle el porque ella...o por lo menos de la mejor manera que yo podia.

Rei y gira el rostro hacia ella con calma. Podia ver el nervisismo reflejado en su mirada y me incline para mirarle mejor.

-Entonces creo que es eso- comente- Las chicas saben que no soy alguien con el que podran tratar, pero aun asi tu intentas hacerte la valiente y quedarte aqui conmigo.

Su risa relampagueo en mis oídos hacíendo que mis sentídos dejaran de funcionar por un tiempo, largo a mi parecer. Nuestras miradas se toparon confusas y Edward contestó a mi pregunta ,con una de las respuestas más claras que había tenido desde que le conocí, hacía ya un tiempo en Goat Rocks.

-De acurdo.-me conformé asintiendo y trgando saliva después.-Pero no digas que intento hacerme la valiente, no me inspiras peligro, solo eso.


Nos alejábamos de Forks poco a poco, ya no quedaría mucho para llegar a Port Angeles.

Sentia que perdia algo en mi, era como si ya no pudiera intimidar a alguien porque ya habia encontrado a alguien que no parecia sentir el peligro que realmente era yo. Tome algo de aire intentando aceptar eso de alguna forma.

-Deberias- murmurre, ya sabiendo que terminariamos en lo mismo. Hubo un silencio incomodo para mi, no saber que pensaba me intrigaba todo el tiempo- ¿En que piensas?- pregunte.

Ya habíamos tenído esa conversación más veces, y nuevamente volviamos a lo mismo, por lo que decidí que no quería discutir con el. Eramos unos cabezotas sin remedio.

Sonreí levemente.

-En que somos unos cabezotas, ambos.

Intente apagar la sonrisa que deseaba salir a toda costa en mi rostro, pero no pude. Termine curvando levemente los labios ante ese pensamiento, era tan claro que lo eramos, sobretodo yo sobre ella.

¿Porque no era fuerte y le dejaba vivir en paz? Pero no, simplemente su presencia comenzaba a volverse necesaria para mi...necesitaba de la tortura que representaba su sangre para tan siquiera poder sentirme "vivo". Sabia que esto era muy egoista de mi parte, y mas cuando podia terminando fallando en esta prueba.

-Ay tantas razones por la que lo somos, en especial yo...pero mirame- suspire relajadamente- estoy aqui contigo, apesar de que no deberia.

No queria llevar la conversación de nuevo a la discusión de lo que era mejor según yo, pero debia recordarme cual era mi posición en esto y el peligro que corria Bella a cada segundo.