Pensando en todo

Parecía un lugar ideal para estar sin tener que escuchar el murmullo de las personas, además ya había tenido suficiente por el día de hoy con el Instituto y los profesores taladrando mi cabeza... y la de los pobres humanos.

Me senté cerca en una gran roca y comencé a pensar realmente en concentrarme en lo que había venido a hacer. Me estaba tomando el asunto con nada de seriedad y la podía pagar caro si me descubrían. Tenía que concentrarme o perdería muchas cosas.

Sentí su aroma incluso cuando se encontraba a metros de distancia y por un momento pensé que no se iba a acercar lo suficiente como para verme, pero me equivoqué y lo supe cuando la escuché saludarme.

-¿acaso tengo un imán? -pregunté sin responder a su saludo, aunque no lo pregunté con la molestia de siempre-. ¿Cómo llegaste hasta aquí?, pensé que era un sitio a donde los humanos no llegarían. Cuestioné al pensar que me había equivocado en eso.

-creo que yo debería preguntar eso -dije enarcando una ceja-. A mi no me dió un ataque de locura la última vez que nos vimos -comenté recordando su extraña actitud-. Aunque claro, estas en todo tu derecho de no querer contarme si no quieres -dije viéndola, esperando que responda algo.

Me reí con descuido, aún sabiendo que ella se enojaría quizás por aquella forma de tomarme las cosas con tan poca importancia.

-¿tuviste miedo de que algo te pase? -pregunté divertido-. Bueno, de todas formas no aprendes de nada, sólo cambiamos de lugar, yo sigo siendo el mismo, sin embargo sigues aquí... Quizás en un rato vuelvas a salir corriendo.

-¿quién dijo que ya no lo soy? -pregunté al darme cuenta de que ella tenía algo de razón, había cambiado un poco en mi forma de tratarla-. Quizás tenga que ver con el día, he tenido uno bastante pesado y casi no tengo ganas de hablar -dije poniendo una excusa.

-pensando qué es lo que voy a hacer -dije mientras pasaba mi mano por mi cabello, tirándolo hacia atrás, un movimiento completamente involuntario e inconsciente-. En Volterra comenzaron a sentirse impacientes y enviaron a alguien más... era obvio que eso me iba a molestar, pero también me inquieta... Además ellos pueden descubrir todo facilmente -dije esto último refiriendome a los Cullen. Quizás Eluney estaba pensando que decía cosas sin sentido.

Asentí, estando de acuerdo, las cosas se complicaban, y esperaba que no sigan ese curso. Tenía que arreglar todo y no perder el control de nada.

-bueno... Quizás quieras ir hasta mi casa en Italia y hablar con Aro, diciendole que no hacia falta que envie a alguien más -dije también bromeando y sonriendo.

Mi sonrisa se borró cuando percibí el aroma de otro vampiro. Por un momento se me cruzó por la mente que podría ser Alex, no sería nada bueno que sea ella. Pero no, no era ella... Me paré y miré a nuestro alrededor, tratando de ver a quien estaba cerca de nosotros.

Me di vuelta al escuchar la voz del vampiro. Por su expresión no podía adivinar qué era lo que quería, además no era adivino. Me puse en frente de Eluney, extrañado por mi comportamiento.

-¿qué quieres? -pregunté cortante, no lo conocía y no podía evitar actuar de esa forma.

-bueno, no creo que tengamos nada que pueda llamar tu curiosidad. Sólo estabamos hablando como verás -dije pudiendo tomar un tono más tranquilo, de todas formas no me moví de mi lugar. Al parecer el vampiro no estaba buscando problemas, pero de todas formas no podía confiarme, no me gustaba confiarme, ni siquiera de mis amigos.

-¿estás aquí sólo de paso? -repetí lo que había dicho pero en forma de pregunta-. ¿Qué te trajo hasta aquí?, Forks no es nada interesante, mucho menos para personas como nosotros.

Mi cuerpo se tensó cuando lo vi acercarse a ella, y mucho más al escuchar su pregunta. Miré a Eluney significativamente, ella podría responder lo que quisiera.

Noté el comportamiento del vampiro, al parecer estaba algo sediento y no era buena idea que se encuentre tan cerca de una humana.