Pensando en todo

-me tiene sin cuidado que te alimentes de los humanos de aquí y rompas con el tratado, pero no lo rompas con ella -dije sin preocuparme en cuidar mi tono y usar uno mas "amable", para que pueda dejar de lado aquel comportamiento, parecía como si en cualquier momento la atacaría.

-porque te será más dificil -contesté rápidamente-. Ella está conmigo, serías estúpido si piensas que no haré nada si intentas atacarla -agregué para que entienda a qué me refería con lo primero que había dicho.

El vampiro tenía mucha razón, no iba a negarlo, pero no podía permitir que la mate en frente de mis narices. La ayudaría, sólo por esa vez, luego terminaría con todo eso y dejaría de sentir que estaba tirando por la basura todo lo que me habían enseñado.

-te tiene sin cuidado lo que pueda significar para mi -dije despectivamente, no sabía qué podía interesarle a él-. No te encapriches y vete a buscar problemas a otro lado -era sólo un juego del que no tenía ganas de participar. Habiendo tantos humanos tenía que agarrarselas con ella-. Ella no dirá nada sobre lo que eres... de todas formas tus comportamientos son demasiados obvios, deberías aprender a fingir mejor.

-espero que no -contesté cuando dijo que nos volveríamos a ver. Esperaba que se vaya y que nunca más vuelva a cruzarme su cara otra vez, al menos no en Forks.

Siguió su camino y cuando lo noté lo suficientemente lejos me volteé hacia Eluney. No pude evitar fulminarla con la mirada, luego la tomé del brazo sin permiso y comencé a sacarla de allí.

-dime dónde queda tu casa -pregunté luego de unos segundos.

-te acompañaré hasta tu casa, tú sólo dime qué camino debemos tomar -dije y sin aviso la subí a mi espalda y aceleré el paso a gran velocidad mientras dejaba que ella me guíe por dónde teníamos que ir. No contesté a su pregunta, estaba enojado, no sabía si con ella o conmigo mismo. Había defendido a una humana y esa iba a ser la última vez que lo haría.

Cuando comencé a visualizar la casa a lo lejos me detuve y dejé que ella se baje.

-escuchame con atención -dije mirándola, no sabía ni siquiera si se encontraba bien y si estaría en buen estado como para escucharme-. Olvídate de todo lo que te dije, olvídate que hablamos y que estuvimos en ese lugar -levanté un poco la voz al decir las últimas palabras-. En el Instituto no volveremos a hablar, ni en ningún otro lugar, has de cuenta que nunca nos conocimos. ¿Puedes hacer eso? -pregunté exasperado.

-tienes razón, no puedo y también puedes echarme la culpa a mi porque sé que lo fue, pero ya viste lo que pasó. No voy a volver a defenderte, no voy a volver a traicionar lo que soy por... ti -me costaba decir las palabras y sabía que quizás la estaba hiriendo, pero era lo mejor-. No puedo seguir arriesgandome, y tú tampoco puedes seguir haciendolo. Pertenecemos a mundos diferentes, y las cosas estaban mejor antes de que decidieramos empezar con esta locura. Vuelve con tus padres, estarás mejor allá.

Encima parecía enojada por lo que había hecho, fruncí el ceño y observé como se alejaba.

-eres una desagradecida, al menos tendrías que haberme dado las gracias -grite para luego voltear e ir en dirección opuesta a la que iba ella.

Quizás no entendía las cosas, me estaba malinterpretando. No comprendía por qué, luego de lo que pasó aún quería que las cosas sigan su curso. Ella estaría bien sin mi y yo no tendría que preocuparme más por ella.