Adelante

seguí mirando la calle casi sin hacer caso a Emma, pero sus ultimas palabras se me quedaron grabadas en la cabeza, y se me repetían como si se tratase de eco.

-Me preocupo, porque aunque no haya sido el mejor padre del mundo, y haya hecho cosas malas, sigue siendo nuestro padre, no hay más. hablé con aparente tranquilidad y sin elevar nada la voz, yo era así.

me di la vuelta todavía cerca de la ventana y miré a Emma.
-No puedo cansarme de una persona con la que he compartido tanto, hasta aquel día, claro. en ese momento recordé los recuerdos felices que habíamos pasado, ir a ver partidos de béisbol, de baloncesto...los cumpleaños en familia...

-Nunca me cansaré de él, y cueste lo que cueste haré que cambie y vuelva a ser el de antes. continué.

me aerqué a ella. -Sabes que puedes quedarte aquí si quieres, no tienes porque pagarte un hotel teniendo una casa. sonrei.

si lo que quería era no ver a papá, entonces era donde mejor iba a estar, en el hotel, pero lo más probable era que no apareciese en un tiempo, por desgracia para mí y alegría para ella.

-haz lo que quieras.

-como quieras, pero ya sabes que tienes que venir todos los dias eh? sino tendré que ir a buscarte al instituto. sonreí acariciando su mejillla.

-ya verás, ya, pero iré andando, porque con ese trasto de ahi afuera, no creo que llegue ni a la siguente calle. bromeé.
ahora recordaba que tenía que arreglarlo, y por lo menos darle una buena mano de pintura.

-pues ahora digamos que está en coma, tengo que arreglarla. me senté de nuevo en el sofá.
-¿tirarla? nonono, es mi cacharro favorito, además no tengo dinero para comprar algo mejor.

-no, he estado bien aquí, cuando te acostumbras a algo no quieres cambiar de vida. sonreí de lado

-y perdona que te diga hermanita, pero pija has sido siempre. reí y revolví su pelo.

-solo un poco? yo diría que demasiado, pero mejor, así no eres descuidada ni nada por el estilo. sonrei

me recordaba mucho a mamá, la personalidad de Emma era exactamente igual que la de Amanda, que no se pareciera en nada a papá era estupendo.

-pues...creo que todavía no he limpiado esta casa desde que estamos aquí. rei. -ya sabes que el orden lo es lo mio.
observé como cogía el calcetín y reí.
-oye! que ese es mi valioso calcetín!. sonreí.

estaba claro y se notaba que llevábamos mucho tiempo sin una presencia femenina en casa, nuesto 'hogar' si se podía llamar asi, era mas bien una pocilga.

cogí el calcetín al vuelo y sonreí. -anda! si tiene un tomate y todo!. lo dejé caer al suelo para después pegarle una patada y mandarlo debajo del sofá.

-si te apetece salir...vamos, aunque no conozco mucho, apenas he salido de casa un par de veces, cosa rara en mí, lo sé.