Tras las primeras clases

Paré de mover mi mano y la retiré suavemente, ocultandola trás mi mochila. Aparté la mirada unos segundo, al tiempo que me maldecía por no poder controlarme.

-No, creo que no...-dije, enfocandole con la mirada de nuevo.-He tenido suficiente por hoy, además ahora tengo Gimnasia y ...-Solo imaginarme ami en aquella clase, me producía escalofríos.

La mire con curiosidad.

-¿No te gusta la clase?- pregunte con cierto deje de burla.- No es tan mala si te pones a pensarlo.

Murmurre con cierta diversion.

-Digamos que no es la que mas me apasiona.-bromeé, encantada.-Soy algo peligrosa en esa clase.-le expliqué.-Asi que, mejor que no vaya, hoy no.

Contuve la risa burla que estaba por dirigirle. Su termino de llamarse en una simple clase era interesante. Me causo intriga ver que tal lo hacia.

-Yo quiero verte- comente levantadome.- Asi que vayamos.

Tomé mi mochila y le miré extrañada y algo agitada.

-¿Qué?-articulé, horrorizada.-Estas loco...-le dije negando fuertemente con la cabeza.-Me niego a que me veas hacer el ridiculo, no iré.-Era una cabezota y no cedería con facilidad. Menos aún si era Edward el que iba a verme.

La mire con tranquilidad y le ofreci me mejor sonrisa de diversion. Me coloque cerca de ella esperandola.

-Vamos Bella- le pedi.- De paso me cuentas que haras este fin de semana.

Propuse.

¿Cómo iba a decirle que no si me sonreía de aquel modo?

Supiré con pesadez y me puse a su lado.

-Vale, vale. Está bien.-dije, rindiendome.

Además, era la primera clase de gimnasia que tendría, sería mejor que pasara de una vez.

-¿Fin de semana?-era incluso gracioso pensar que tenía planes.-Creo que ver el partído de baseball con mi padre el sabado a la noche y un emocinante domingo de deberes. ¡Genial!-dije, mientras me colocaba la mochila en el hombro y caminaba junto a el.

Camine a su lado mientras pasabamos entre algunos de los estudiantes del instituto. Sentia la mirada de algunos sobre nosotros, especialmente por algunos pensamientos mal ingeniados de varios chicos. Mantuve mi concentracion en sus palabras.

-¿Que tal si mejor te ayudo a no tener que ver el partido?- pregunte- No pareces muy animada con la idea de verlo.

Las miradas se posaban en nosotros como si fuesemos algo increible. Me incomodaban de algun modo, pero no me iría de su lado solo por cuatro alumnos curiosos.

-¿De veras?-dije, tratando de imaginarme el sabado con Edward.-Pues me encantaría.