De vuelta a casa

Sonreí al escucharla, tenía que reconocer que no era tonta, todo lo contrario, era bastante astuta; aunque me decepcionaba el hecho de que de darse un caso extremo prefiera a los "vegetarianos", por un momento pensé que elegiría al lado fuerte de nuestra raza.

-tienes todo claro, por lo que veo... -dije al ver como había hecho contacto visual tan directo, fijándose en el color de mis ojos-. Y como ya dije, es una lastima que tengamos que pertenecer a bandos diferentes, hubiese sido divertido.

Su forma de ser tan directa continuaba molestandome, no porque me moleste que lo sea, sino que lo era en un grado mayor que yo, me superaba en ese sentido y me hacia enojar. No comprendía por qué si es que no podía hablar conmigo seguía ahí, de todas formas no iba a preguntarselo, no quería que me ataque otra vez con sus palabras que iban tan al frente.

-será una relación de odio entonces, después de todo si para eso nacimos, no será tan dificil sobrellevarla, ¿no?.

La miré entrecerrando mis ojos levemente, había logrado confundirme, me acerqué sin quitarle la mirada de encima, meditando lo que me había dicho.

En ningún momento dije yo que la odiaba, es más, había hablado de una posible alianza; una alianza poco posible, pero alianza después de todo y había sido ella misma quien me había dicho que nuestra naturaleza era odiarnos.

-entonces, ya que dijiste que estamos hechos para odiarnos, ¿qué te parece si dejemos las "leyes de la naturaleza" a un lado?, aunque tu manada te regañará por ser amiga de un vampiro que es aún peor que los Cullen... -dije obviando su último comentario. Me preguntaba cuántas personas le habrían dicho eso como para que llegue a un punto de decirselo a ella misma.

No sabía por qué se estaba cuestionando tanto, hasta el momento no había visto esos síntomas en ella, todo lo contrario. Quería creer que no era la primera vez que dudaba tanto, quizás era por la desconfianza que me tenía.

-estas pensando demasido, sacando demasiadas conclusiones, preguntanto mucho... Además me preguntas preguntas a mi, creo que estamos en la misma situación, se tanto como tú, ni más ni menos. Tal vez sea mejor no hacerse tanto cuestionamiento o en caso contrario decidir terminar con la conversación y que cada uno siga su camino -dije para luego encogerme de hombros.

El silencio se había extendido demasiado mientras ella seguía pensando, y tuve el impulso de comenzar a caminar para seguir haciendo lo que estaba haciendo antes de que ella aparezca. Hasta que se decidió.

-mientras no me persigan con estacas, crucifijos y agua sacada de alguna iglesia creo que no será problema -comenté sonriendo. No podía evitar sentirme sorprendido por lo que acababa de lograr, me preguntaba si era el primer vampiro que hablaba con ella y no recibía un insulto cada tres palabras.

-¿no hay forma de que no se enteren? -pregunté esta vez con más seriedad.

-sólo preguntaba, no dije que tenías que hacerlo -contesté de inmediato cuando me preguntó por qué ocultaría eso. Lo dijo después me hizo pensar que no estaba cómoda con los que la rodeaban, quizás a eso se debía su mal humor.

-no te llevas bien con ellos, y no es una pregunta, es una afirmación... ¿Estás haciendo todo esto para llevarles la contra? -pregunté, preparándome para su reacción que podía no ser buena.

Observé sus ojos, me llamaba mucho la atención por cómo podían expresar facilmente sus emociones, era algo que no estaba acostumbrado a ver obviamente y me resultaba algo fascinante a pesar de que no era alegría precisamente lo que ella estaba sintiendo en ese momento.

-no me imagino qué tuvo que hacer para que te sientas más cómoda conmigo que con él. ¿A qué se debe tanto rechazo?.

Me lo imaginaba como alguien cruel... más cruel que yo.

-pregunté sólo porque tú sacaste el tema y lo nombraste, de lo contrario no lo hubiese hecho -contesté cuando me hizo sentir que había preguntado más de lo que debía.

Observé cómo me miraba, enarqué una ceja y reí levemente con descuido, sin pensar si la situación merecía o no una risa.

-no tienes que mirarme así, no te preguntaré más nada sobre tu... jefe, si no quieres. Y sólo espero que no te raiga demasiados problemas esto -aunque si lo pensaba bien a la larga los habría y en grande, más aún sabiendo que ellos estaría del lado de los Cullen en caso de producirse algún tipo de "problema".

Enarqué una ceja cuando escuché eso, aún estaba la desconfianza, leve, pero era algo de desconfianza. Además no era nada personal, no acostumbraba a darle la espalda a nadie, mucho menos a alguien que acababa de conocer y me había dicho que podía acabar con vampiros.

-puedo ceder, pero no esperes demasiado de mi. ¿Para qué quieres que me gire?.

-oh, te convertirás en lobito -comenté entendiendo a qué se refería. Di media vuelta y comencé a caminar, ya que esa era la dirección a la que iba antes de encontrarla a ella.

-que te vaya bien, Leah y espero volver a verte -dije luego de dar unos pasos, sabiendo que me escucharía.