Primera clase

Era la primer clase, en realidad la primer clase a la que yo asistía, ya que a las anteriores por cuestiones de tiempo no había podido hacerlo, además de que no había querido hacerlo tampoco, me costaba demasiado tener que sentarme ahí y perder horas de mi vida.

Entré y estaba casi todo vacío, por lo que me alegré un poco y escogí el lugar más alejado de todos y de la mirada del profesor. Dejé mis cosas y esperé a que los demás entren y comience la clase.

Rodé los ojos al verla venir hacia mi. Seguramente si le decía lo que era no me tendría tanta confianza, y comenzaba a considerar aquello seriamente, quizás algún día haria la prueba de decirselo.

-hay muchos lugares vacíos, ¿no crees que deberías sentarte en alguno de ellos? -pregunté, aunque sabía la respuesta.

Asomé la cabeza por la puerta entrabierta de la clase de Biología. Al paecer aun no estaba el profesor. Entré a la clase, colocandome bien la mochila, colgada de mi hombro, y pude comprobar que no estaba sola. Una chica y un chico la ocupaban de momento.

-Hola-saludé sonriendo levemente y alzando la mano, mientras me acercaba.

-yo que tu compañero no te preguntaría nada, porque sabría que luego no podría hacerte cerrar la boca -murmuré, aunque no sabía si había escuchado. La miré y por un lado pensé que al final de cuentas la clase no sería tan aburrida, o al menos no tendría que estar constantemente escuchando al profesor hablando.

-¿cómo te trataron los demás alumnos? ¿ya hay alguien que quiera asesinarte? -pregunté con seriedad, aunque en el fondo estaba bromeando.

Mientras tanto el salón se llenaba cada vez de más gente.

Me senté en un sitio doble y saqué mis libros, colocandolos sobre la mesa después. Suspiré, algo inquieta, viendo com el lugar se llenaba de gente.

-¿por qué quieres matarme a mi?, yo solo intento mantenerme alejado pero tú insistes en tener una conversación o simplemente sentarte conmigo, ¿por qué?, se supone que tendría que ser todo lo contrario. ¿O tengo que tratarte peor para que dejes de hablarme? -pregunté con seriedad, esta vez lo estaba preguntando enserio.

Me reí por lo que dijo, aunque levemente.

-voy a tomar ese consejo muy enserio, aunque me va a costar un poco, no suelo ser amable con las personas, pero lo intentaré -dije aún tratando de reprimir mi risa.

-de todas formas... No respondiste a lo que te pregunté -la miré pero al parecer no recordaba lo que le había preguntado, o quizás sí pero no sabía a qué me refería.

-¿cómo te llevas con los demás? ¿qué tal tu primer día de clases? -pregunté y luego esperé por su respuesta.

Seguían llegando alumnas, ¿acaso me había equivocado de colegio y me había anotado en un instituto sólo para mujeres?. Comenzaba a sentirme incómodo, no sólo por ser el único chico sino que el aire no corría y el ardor en mi garganta aumentaba. Necesitaba distraerme, así que continué hablando con Eluney.

-pregunto porque quiero saber cuántas personas normales hay aquí -dije aunque no sabía si había entendido por qué dije eso-. Que alguien sea demasiado simpatico es demasiado molesto.

-y tambien personas peligrosas aquí dentro -dije mirándola para ver qué reacción tenía-. ¿Quién te dice que aquí estas a salvo? -ella parecía tan incómoda como yo al ver tantas personas, eso me hacia pensar que era algo rara.

Rodé los ojos al escucharla, se lo había tomado en broma.

-no hablaba del profesor, pero en fin... -dije removiendome en mi silla. Miré la ventana que tenía al lado y la abrí, con el fin de que el aire se renueve, a pesar de que entraba demasiado frío, yo no podía sentirlo así que me daba igual-. Nos ahogaremos de lo contrario -dije cuando volví a sentarme.

-¿qué te hace creer que me refería a mi habiendo tanta gente en el aula? -pregunté, incluso en el colegio.