Rumbo a clase

Observé a la rubia de los Cullen venir por el pasillo. No me vió inmediatamente ya que estaba con un libro en las manos, pero sabía que podía sentirme venir. En otro caso hubiese hecho alguno de mis comentarios que podrían haberle caído mal, pero sabía que tenia que ser "amable" con ellos, después de todo estaba allí para estar mas cerca de tal familia.

-creo que no me dijiste tu nombre el otro día en la cafetería -dije parandome cuando nos cruzamos, esperando que ella también lo haga, aunque la había visto tan antisocial como sus demás hermanos.

Me pregunté instantaneamente si todas las personas en Forks tenían esa actitud que te hacía sacar lo peor de ti. Aunque luego pareció ceder.

-no te lo estaría preguntando si lo supiera -no pude evitar decir, aunque manteniendo un tono de calma-. Te dirigías a la clase de literatura por lo que veo. Vengo del salón y nos dijeron que el profesor no asistiría hoy, así que creo que no deberías molestarte en ir -agregué... detestaba ser tan "amable", me sentía otra persona.

Su última pregunta me había disgustado, tenía que mantener la calma, no estaba acostumbrado a que me pregunten a mi si se me ofrecía algo más, como si fuese inferior a ella... todo lo contrario, el que tenía esas conductas era yo.

Pensé que las cosas serian más faciles si salía ya mismo de allí y me tomaba un avión a Italia, pero no podía defraudar a mi familia, mucho menos a Aro y a Sulpicia, a quienes les debía tanto.. mucho menos por alguien como ella... una vegetariana. Suspiré, alejando aquellos pensamientos.

-tu pregunta sólo se me hacen el pequeño reflejo de un deseo tuyo... Te molesto, ¿no es así?. Pensé que los Cullen serian más... amables, más abiertos a quienes los visitan.

-¿enserio? ¿y por qué tanto mal genio?, pensé que las rubias solían ser amables -murmuré lo último casi burlandome de eso y sin poder contener una risa. Me puse algo más serio y volví a mirarla, esperaba que la chica no intente comerme, porque parecia que en cualquier momento lo haría. Dentro de poco dejaría de esforzarme tanto para agradarle.

-y ¿hacia dónde ibas ahora? ¿quieres que te acompañe? -pregunté después de haber sentido que algo se revolvía en mi estómago por ser tan cortes.

-sí, y tienes suerte de que no haya salido a flote otra cosa -comenté con una sonrisa irónica y comencé a caminar hasta la clase de literatura, pero me paré en seco-. No me escuchas cuando hablo ¿no? -pregunté fruciendo el ceño.

-en un principio te dije que la clase de literatura se suspendió y ahora te pregunto hacia dónde vas y me dices que a la clase de literatura -sonreí al estar en lo cierto-. O quizás quieras ir allí y sentarte en un aula vacía mientras pierdes tu tiempo esperando al profesor que nunca va a llegar.

-ah bueno, al menos sabemos que el problema está en el color de tu cabello y por un momento casi me engañas, pensé que salías de ese concepto de rubia=tontas -comenté sin poder evitarlo.

-bueno, si quieres ir a sentarte a un aula vacía no te lo impediré -hice un gesto con la mano para que ella pase-. ¿Sabes el camino o quieres que te lo muestre?.

-bueno, tengo muchas ganas de conocer la famosa mansión de los Cullen, pero viendo cómo eres no creo que lleves a un casi desconocido a tu casa. Así que... Quizás deberíamos ir a la próxima clase y esperar al profesor, al menos sabemos que este sí llegará.

-lo sé porque cuando me anoté vi tu nombre en la lista de alumnos, o quizás haya otra Rosalie en el colegio... mejor que no, entonces no te sentirías tan especial -dije sonriendo por haber sido más astuto que ella al responder, ya que mientras hacia la pregunta parecía haberse sentido "inteligente" por lo que dijo.

-entonces si no te cierro ¿por qué continuas hablando conmigo? ¿no sería mejor que me ignoraras y te alejes? -dije encogiendome de hombros. O era demasiado curiosa o era demasiado tonta.

-no creo que encuentres algo más allá de lo que le conté a tu hermano, pero si te gusta perder el tiempo divirtiendote con algo que jamás encontrarás estás en todo tu derecho de hacerlo -dije al ver que podía hacerme creer que era más astuta de lo que en realidad aparentaba.

-¿por qué no está en su mejor momento? -pregunté, queriendo saber qué pasaba con el predilecto Cullen del que Aro tanto me había hablado.