Despues de la clase de biología.

La miré sorprendido cuando dijo lo de vegetariano, quizás no se imaginaba lo cerca que estaba con esas expresiones.

-sólo tienes que hacerme saber que vale la pena intentarlo y violar ciertas creencias mías. Si eso es lo que quieres, que seamos amigos, tendrás que ganarte el puesto -ahora lo veía como un juego, aunque no me gustaba demasiado, esperaba que en mi casa no se enteren de todo esto.

Reí levemente al escucharla.

-no lo entiendes y tampoco pretendo que lo hagas. Se trata de que no puedo ser desagradecido, ellos me ayudaron... demasiado -les debía lo que era, eso era mucho-. Y tienes que saber que de aceptar esto estaría arriesgando mucho. Incluso tú -no sabía muy bien qué podría pasar, pero me imaginaba que todo podía terminar en el peor castigo para mi y en la muerte para ella por saber lo que eramos, porque estaba seguro que en algún momento ella lo descubriría.

-de acuerdo, tú misma te haces cargo de lo que pueda... -me di cuenta que estaba hablando demasiado, entonces me quedé en silencio, pensando qué otra cosa podía decir-. Espero que estés contenta con lo que acabas de lograr -comenté por último rompiendo el silencio.

La miré enarcando una ceja. ¿De verdad esperaba que lo diga?, era demasiado orgulloso como para hacerlo y no lo diría bajo ninguna circunstancia.

-sabes a qué me refiero y si no lo sabes entonces te quedarás con la duda porque no pienso hablar sobre eso -dije simplemente para que entienda que no podía esperar mucho de mi, al menos no por el momento.

Volví a quedarme en silencio, pensando qué decir. Hasta que me levanté de mi lugar y me paré en frente de ella.

-no tengo nada mejor que hacer, así que... No pidas que recomiende un lugar, porque no conozco nada por aquí -dije, aunque creía que ella tampoco, ya que ambos eramos nuevos en el pueblo.

No mencioné nada cuando me soltó de golpe a causa de mi temperatura. Comencé a caminar y me acordé de una cafetería cerca que había visto cuando me dirigía hacia aquí. Pensaba que iba a ser mejor que tener que fingir que comía helado.

-mejor vayamos a una cafetería que hay antes de llegar al Instituto, no me gusta el helado -dije como excusa para dejar pasar aquello.

-no hermanos exactamente, pero convivimos con otras personas -era dificil de explicar-. Quienes me adoptaron no podían... tener hijos, y conmigo fue suficiente por lo que no necesitaron adoptar a más chicos -respondí mientras comenzabamos a salir de la plaza-. Tú eres única hija -dije, no era una pregunta, estaba cien por ciento seguro de eso.

-afuera corre más aire -comenté al ver que adentro estaba algo llena. No quería volver a sentirme como en la clase de biología, casi ahogado por tanta gente en un mismo lugar.

Tomé asiento y volví a hablarle.

-sí, se nota que eres hija única, eres algo caprichosa, eso sólo lo tienen los hijos únicos o los menores, pero dudaba de que tengas un hermano o hermana menor -me encogí de hombros, satisfecho de que mi teoría daba resultado.

Ignoré la forma en que la camarera me miraba y me limité a pedir una soda, la cual ni siquiera tomaría. Comenzaba a preguntarme qué hacia yo metido en una situación así.

-creo que caprichosa sería la forma mala de decirlo, existen otras expresiones que podrían definirte de mejor forma, pero me quedo con la que dije... y por más que me digas que no es así es la forma en que por el momento te veo, aunque nunca dije que el que seas así esté mal -dije para luego encogerme de hombros.

Comencé a jugar con el vaso que tenía la soda y pensé que era una buena pregunta la que ella me había hecho, pero sentía que no era yo quien tenia que contestarla.

-no sé, dime tú. ¿Estoy malgastando mi tiempo?, por cómo lo estás preguntando pareciera que acabo de cometer un error -la miré, esperando a que responda.

Me quedé unos segundos en silencio, otra vez le daba vuelta al asunto con mi familia. Hubiese querido explicarle mejor las cosas, porque no podía manejarme sólo con palabras dichas casi por la mitad.

-no sé si sea un error, al menos por el momento no puedo llamarlo así -nada estaba saliendo mal, pero era demasiado pronto como para dar por hecho las cosas-. Sólo sé que... -me reí levemente y continué hablando-... suena raro pero, es algo que no tendría que estar haciendo. Es como si tú estuvieses haciendo algo que nunca en tu vida imaginaste que ibas a hacer, ¿me explico? -seguramente no.

Me alegré que deje de lado todo aquel asunto que ya me aburría de explicar y a la vez no explicar nada.

-¿tengo cara de conocer a alguien de aquí? -pregunté enarcando una ceja-. Sólo conocía la casa de mi madre por unas fotografías, ¿eso cuenta como "alguien"? -pregunté manteniendo mi expresión-. No, por suerte no conocía ni conozco a nadie, ¿y tú? ¿estuviste aquí antes?.

-sólo hablé una vez con algún que otro integrante de la familia Cullen -la miré, esperando que haya notado la presencia de aquellos vampiros en el colegio-. Aunque la rubia es algo... molesta y no pude evitar tener una cálida conversación con ella -ironicé, Rosalie había logrado sacarme de mis casillas por un momento-. Sabes de quiénes te hablo, ¿no?.