Despues de la clase de biología.

-¿yo logro sacarte de tus casillas? -pregunté, me parecía raro ya que las veces que nos habíamos visto ella pareció mantenerse en calma y hacía como si no escuchara las cosas que le decía.

Sonreí al escucharla.

-ves que tengo razón, tú misma lo dijiste, eres una niña caprichosa -comenté mientras ella hacia memoria sobre los Cullen-. Sí, eso dije. Si te suena entonces es del Instituto -dije como si fuese obvio.

-sí, Emmett es uno de ellos -dije tratando de ocultar la molestia que me causaba nombrarlos-. Son cinco los que van al instituto y luego estan sus padres, obviamente, como toda familia perfecta -cuando removió su pelo para atarserlo la brisa que corría había hecho que su aroma me pegue en la cara. Apoyé los dos sobre la mesa y puse una mano en mi boca, mientras que con la otra mano agarraba fuertemente el vaso de la soda que nunca había tomado. Era la primera vez que tenía que aguantarme tanto las ganas de morder a alguien. Miré a mi alrededor, había demasiada gente, si lo hacia se darian cuenta.

Por supuesto que no estaba bien, no sabía cuánto tiempo más podría aguantar estar así. No dije nada al respecto y traté de mostrarme enojado por lo que acababa de afirmar.

-no es cierto, no los conozco, ¿cómo podría odiarlos?. Sólo dije que la rubia me cayó mal, eso es todo. Los demás pueden llegar a ser buenos como malos.

-bueno, bueno!, no hace falta que te pongas así ni que levantes la voz, puedo escucharte desde la otra cuadra sin necesidad de que grites -dije, era verdad, pero sabía que ella no prestaría atención a eso-. Y en cuanto a los Cullen -me reí, porque sus teorías comenzaban a ser las acertadas-, sí, es algo que tiene que ver con mis "asuntos familiares", pero no creo que te interesen.

-de acuerdo -dije bajando la mirada al vaso con la soda-. Te lo contaré, pero no ahora -se lo diría de una vez, quizás de esa forma dejaría de mostrarse tan interesada en eso de querer conocerme y que seamos amigos. Se asustaría y se alejaría de mi, pero ese no era el mejor momento para que lo sepa-. Ya que tanto te interesa no me negaré más.

-prefiero decirtelo antes de que me sigas torturando -dije también bromeando aunque con seriedad.

Volví a sentirme inquieto, adentro del café ya quedaba poca gente y cada uno estaba en la suya. Sabía que no era bueno que estemos tan solos por cómo me encontraba ése día, definitivamente iría a cazar.

-¿terminaste tus papas? -pregunté.

Iba a protestar porque ella había terminado pagando la cuenta, pero me levanté en silencio y acomodé la silla en su lugar.

-me voy a mi casa, no me siento bien -dije por no saber qué otra cosa decir.

Me reí por lo que decía, en realidad la cosa era alrevez, a ella podía pasarle algo si me acompañaba.

-no, puedo llegar yo solo -dije observando cómo se ponía a mi lado-. Nos veremos en el Instituto... mañana -al menos tenía pensado ir, pero si es que seguía de esa forma mejor me quedaría en mi casa, no era la gran cosa faltar un día.

-adiós -dije mientras me daba la vuelta para tomar el camino contrario al que ella había tomado. Su aroma ya no era tan fuerte como hacia unos momentos, pero de todas formas tomé el camino que me llevaría hasta Seattle, allí sí podría cazar.